A mí me gusta el carnaval… ese nacido en la cuaresma… Mi carnaval pagano lleno de gritos y cantos. A mí me gusta el carnaval que no termina, que llena de ritmo los barrios, que llena de risas los balcones. A mí me gusta el carnaval de caras pintadas y sin sonrisas ausentes. A mí me gusta el carnaval con sus carros y sus tambores, con su gente cantando, con avenidas colmadas de gritos y con olor a medio tanque. A mí me gusta el carnaval con sus noches inciertas y sus lunas gigantes, con banderas y estandartes que se mueven en el viento. A mí me gusta el carnaval en el que no hay abstinencias aunque su nombre lo implore, donde se derrocha talento y donde el esfuerzo desborda. A mí me gusta el carnaval sin dueño, sin lores ni reyes… me gusta el carnaval del pueblo, el carnaval consecuente y lleno de rebeldía. A mí me gusta el carnaval de ropas sueltas y pies descalzos. A mí me gusta el carnaval que hace vibrar, que hace reír y hace llorar… que hace pensar. Me gusta el carnaval que no tiene precio, que no hace temer, que no se calla ni lo callan, me gusta el carnaval de los barrios, de la gente, de mi gente. A mí me gusta mi carnaval.
Con bombitas de colores o bombitas amarillas…
El de ayer o el de hoy…
El de antes o el de ahora…
Mi carnaval…
Texto. Alejandra Mariatti
Fotos. Alejandra González
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