por Pablo Fernández (Momocracia | San José de Mayo) para CarnavaldelUruguay.com
Es emocionante, es gratificante. El proceso de Pruebas de Admisión es una instancia maravillosa, mágica. Recorrer cada día rutas y caminos, calles y barrios de todo el interior, es una experiencia increíble, maravillosa. Un privilegio que queda perdido, entre cantos y redobles que añoran el Concurso. La ansiedad por llegar, por ver, por escuchar queda en minúscula proporción, por descubrir reencuentros, descubrir caras conocidas de otros carnavales. Abrazos y más abrazos, que empujan recuerdos y anécdotas. “¿Qué es de tu vida?, ¿cómo estás?… ¿dónde anda fulano que hace tiempazo no lo veo?”. Son golpes a esa nostalgia del carnaval que lejos está de lo meramente artístico, de espectáculos, de resultados y posiciones. Esa nostalgia mágica de sentirnos familia, hermanos, unidos por sanguíneos lazos de pasión, por esta expresión cultural que en muchos casos llega a fibras profundas y fundamentales. Es esa mítica carnavalera de la amistad, donde no importa el “hilo conductor”, ni los arreglos, ni el movimientos escénico, ni textos, ni la firmeza del coro… importa el abrazo apretado, el saludo emocionado, el simple reencuentro compartiendo la febril pasión de febrero… ese es el carnaval de los abrazos. Eso es lo que se vive en las pruebas de admisión… Es emoción pura. Es llegar a Salto y conocer la terrible angustia de las inundaciones… es perderse en Cerro Largo para ver una murga ensayando donde murió el carismático intendente Villanueva Saravia, es entrar en Santa Lucía al living de una casa bajo fuerte tormenta para escuchar una murga que desalojó los muebles priorizando el carnaval… es conocer mil rincones de Canelones, ya sea en el laborioso santoral o en la entreverada Costa de Oro… es respirar los aires olimareños o sentir el viento soplando en el Batoví; vibrar con la historia en Soriano o pisar tierras de los custodios del Río Negro en Fray Bentos o sentir palpita la Piedra Alta en Florida … Bordear la plaza de la Cuchilla en San Carlos y experimentar la mixtura del popular carnaval con el glamour puntaesteño… es sentir un milongón rezongando bajo una murga en Trinidad o la heróica potencia en Paysandú… todos son fragmentos del verdadero carnaval… carnaval de pasiones, de historias, de estirpe humilde pero defensora irrenunciable de la mejor cultura uruguaya. Un carnaval de abrazos, que tiene mil alegrías y algunas tristezas. Sufrir el impacto emocional de amigos que se nos fueron sin avisar o aquellos que encuentran en carnaval su última rebelión a una salud esquiva!!!
FOTOS DE LA PRUEBA DE ADMISIÓN (Concurso Nacional de Murgas y Humoristas)
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